Sobre el hundimiento de Softonic y el peligroso y escalofriante relativismo de algunos informáticos

Existe una filosofía ampliamente utilizada para reducir un argumento con el que no se está de acuerdo. Generalizando y simplificando bastante de mi parte, resumo que consiste en negar la idea de que existe el bien y el mal en forma absoluta, y presupone que ambas cuestiones -lo bueno y lo malo- coexisten en un mismo evento. Su nombre es relativismo, y en ocasiones puede ser aplicable, pero en algunas como la siguiente no, y es lo que intentaré explicar.

Imagen: Oficinas de Softonic con sillas infectadas por Malware -según yo-.

Indudablemente, si se tienen argumentos débiles, será más fácil vencer resguardándose bajo la sombrilla del relativismo. Y probablemente, un artículo de Alvaro Bernal con "otro punto de vista sobre el hundimiento de Softonic" sea un claro ejemplo de relativismo. De un relativismo ingenuo, con posturas rechazadas por una gran parte de los informáticos que lo leyeron.

Para comenzar, notemos cómo su autor utiliza dos preposiciones subyacentes al relativismo: por un lado, admite que muchas operaciones de la empresa Softonic eran de ética cuestionable, pero por el otro, lamenta que hayamos perdido una lanzadera de jóvenes talentos. 

Es un hecho (sustentado por empresas de renombre en el ámbito de seguridad) que Softonic indiscriminadamente instalaba en computadores diferentes tipos de adware, entre ellos el peligroso My PC Backup del que tantos técnicos salvaron a muchos usuarios novatos. Lo peor es que Softonic no se limitaba a lacerar los computadores de usuarios poco entendidos, sino también su privacidad y confianza. Aún así, Álvaro, autor del artículo antes citado, pide que por favor no nos enfoquemos sólo en lo negativo porque Softonic "era uno de los mejores sitios de España para trabajar, y pagaba sueldos por encima de la media". 

La postura de este autor sirve para entender cómo el relativismo cada vez más invade las sociedades. Porque bajo este argumento de "dejemos de lado lo atroz, lo abusivo e inaceptable y, enfoquémonos sólo en la parte buena", se están replanteando los más importantes sucesos de la humanidad debido a las subjetividades de líderes de opinión, que abogan -en muchos casos- por un relativismo tan peligroso como escalofriante.

Probablemente, un alto porcentaje de los no entendidos en informática y/o que desconozcan la historia de esa empresa y lean dicho artículo, creerán que el pobre CEO de Softonic intentó a toda costa evitar hundir a fuerza de adware y malware los computadores de usuarios que ingenuamente descargaban software desde su sitio, pero al final, como no es una ONG sino empresa, tuvo que claudicar en pro de dar de comer a 413 empleados. "Qué hombre tan bueno, ese" -diría mi abuelita-.

Me consta que Álvaro -autor de dicho artículo- no defiende la falta de ética de Softonic. Pero asimismo espero él esté consciente de que lo expresado en el párrafo anterior podría ser sólo uno de los efectos colaterales de su desacierto, al tomar a Softonic como ejemplo de incubadora de "ingenieros eficaces" en un país hundido por el desempleo. Pero el verdadero fondo de lo que intento explicar no sólo a él sino a cualquier informático que me lea es, que la alegre reacción de cientos (¿o miles?) de profesionales del área de tecnología ante el hundimiento de Softonic es un motivo para celebrar. Sí, ¡y a lo grande! Celebrar, que aunque el relativismo actualmente invade la política, las empresas, la economía e incluso nuestras universidades, todavía no invade la totalidad del quehacer informático.

El hundimiento de Softonic es una buena noticia, y un gran precedente para el sector sobre el futuro de las empresas que no estén dispuestas a ser éticas y respetar a sus usuarios. 

Hoy día, señalan importantes especialistas, la mayor parte del conocimiento humano está guardado en software. No somos conscientes de en qué medida el software es -y será aún más en el futuro- el epicentro de la revolución en todas las esferas del conocimiento. Por tanto, sin  una postura firme en este tema, la sociedad no florecerá -quizá ni siquiera sobreviva- en un ambiente donde crear empleo, pagar buenos sueldos y tener una linda oficina relegue a un segundo plano el debate sobre las acciones no autorizadas del software que usamos día a día. Sin un fundamento común de lo que en informática es ético y de lo que a todas luces no lo es, no solo la sociedad sino también nuestra profesión será cada vez más vulnerable.

Una famosa frase dice:  "si eres neutral en situaciones de injusticia has elegido el lado del opresor". Para finalizar yo agregaría, que en informática el relativismo es más peligroso, y tiene consecuencias más fatales para toda la sociedad que el ser neutral.