Mi iPhone y yo... contra el mundo

Siempre que voy a echar combustible a mi carrito debo oprimir un botón (realmente no es un botón pero no sé cómo se llama) para que el bombero pueda abrir la tapa del tanque de la gasolina e introducir la manguera. Pero desde hace un tiempo no funciona bien y decidí resolverlo.

Al visitar un mecánico, éste me dice que de seguro ese botón y el sistema interno está roto por dentro y hay que cambiarlo y me costará RD$2,800. Yo de mecánica no entiendo nada, pero cómo tengo la mala costumbre de pensar y analizar... de inmediato pregunto ¿cómo sabe usted que el botón está roto si por fuera está bien?  -porque si no estuviera dañado y roto sonaría que está enviando la señal al tapón de gasolina, pero no lo hace, y esa pieza siempre se daña- me respondió. 

¿Y cómo debe sonar, un clá clá clá? -sí, así más o menos-. Pero usted está sordo porque yo sí lo escucho cada vez que lo oprime -respondí-. Entran en la escena otros dos ayudantes de mecánica y tampoco escuchan nada... ahí empiezan a mirarme con cara de "esta tipa está loca".

Mi acompañante se acerca, oprime el dichoso botón y en lugar de apoyarme dice en tono molesto: yo casi no escucho nada. Y me mira con cara de "Amandy deja de fuñir con J". ¡Y ahí empieza otro capitulo más de Amandysha y su iPhone contra el mundo! Aunque ya estoy acostumbrada y no me preocupa en lo absoluto.

Saqué mi iPhone de la cartera como un militar que saca un revolver en un momento de peligro ♫♫¡Fanfarria de Misión Imposible!♫♫ -uy que miedo- de seguro pensaron los espectadores. 

Abrí la aplicación Decibel 10 y medí los niveles de ruido del taller ¡altísimos!. 77DB y ese nivel de exposición constante al ruido además de resultar perjudicial para el oído torna más difícil escuchar sonidos agudos -así mismo se los expliqué a todos-. "Ahora sí, teoría y práctica del sonido" -suspiró molesto y en voz alta un cliente que también esperaba por el mecánico- ¡Y le dí tremenda cortá de ojos!. 

Se me ocurrió descargar en el AppStore una aplicación de la que ya me habían hablado. Y que sirve para amplificar los sonidos y filtrar los ruidos en el ambiente; descargué a iHearClearly. ¡Ahora si, vamos a ver si yo estoy loca! Ésta vez coloqué el micrófono del iPhone hacia el tablero y oprimí el botón que abre el tapón de la gasolina pero coloqué los audífonos de mi  teléfono en los oídos del mecánico -a quién ya se le notaba que quería sacarme por una mano de su taller-. 

¿Y que creen?  El mecánico quedó totalmente impresionado al escuchar con claridad el clá clá clá del botón. Uno a uno senté a todos los que miraron como si yo estuviera loca a escucharlo y simplemente no podían creerlo. Entonces empezamos otra vez desde donde debimos iniciar; fuimos al tapón de gasolina y el problema resultó ser unos resortes y una gomita que debe tener ahí, y que verán en la imagen más abajo, pero no estaban.

En resumen, el trabajo que costaría RD$2,800 sólo costó RD$1,000, además de un llavero nuevo que  me va a regalar un cliente del taller -el mismo al que yo le corté los ojos- porque mí  llavero en forma de Flor (que me encanta) se rompió allí mismo. Pero obvio que nada de esto terminó sin antes yo hacerles a todos una exhortación especial a visitar un audiometrista (si necesitan uno yo conozco a los mejores) y usar tapones en los oídos para aislar el ruido.  

Lo bueno es que inconscientemente evangelicé a algunos de los que estaban en el taller (la mayoría usuarios de Blackberry) porque al salir de ahí varios preguntaron cuál modelo de iPhone yo tenía y me externaron su deseo de adquirir uno.  ¿Pero cuál es la verdadera moraleja de esta situación?

1- Como ya me lo ha afirmado uno de mis mejores amigos audiometrísta; "en dominicana, debido al ruido excesivo mucha gente, demasiada, está perdiendo su audición. Pero no se da cuenta".  

2- Definitivamente: ¡hay una aplicación para todo!.