¿Hemos perdido el respeto por los Gigabytes?

ESCRITO POR:  Amandysha. Miércoles, 12 de Septiembre de 2012

Cuando compré mi primera cámara digital en el año 2002, una Nikon Coolpix 2500 de 2 Megapíxeles. Trajo consigo una memoria Compact Flash de 16MB que tomando las fotos a la mayor resolución almacenaba algunas 40 imágenes. Leyeron bien; sólo 16MB y no GB, sin embargo en aquel tiempo yo no necesitaba más, y  tampoco había dinero suficiente para necesitarlo.

Hace 10 años la tecnología no era tan adquirible como lo es hoy día y al hablar sobre almacenamiento en gigabytes se hacía con cierto respeto.   

En el año 2003 con mucho sacrificio pude adquirir una SDCard de 512MB y fue un escándalo en esa época. Su precio rondaba los $80 dólares. Hoy día con solo $56 dólares podemos adquirir una SD Card de 64GB y con $90 dólares un  disco duro externo Western Digital ultra portable de 1 Terabyte. 

Si se fijan, durante estos últimos 10 años los precios del almacenamiento se han reducido exponencialmente en un 500% y los avances tecnológicos han logrado que cada vez podamos almacenar más en dispositivos de menor tamaño e incluso disfrutar del almacenamiento virtual o "en la nube" a través de tecnologías como Cloud Computing. 

El abaratamiento en los costos de almacenamiento nos tienta, por aquello de "mejor necesitarlo y tenerlo que necesitarlo y no tenerlo disponible". El problema es que no sé hasta donde los usuarios estamos conscientes de que la cantidad de almacenamiento que usamos es directamente proporcional al gasto de energía eléctrica en nuestro país. 

¿Realmente necesitamos tanto almacenamiento como el que demandamos actualmente? En este momento muchos de mis clientes se asombran al ofertarles almacenamiento externo de 500GB o menor, según como observo son sus hábitos de uso, pero sus mentes están condicionadas a 1 terabyte como mínimo. Y cuando se trata de un teléfono móvil, una unidad con 8GB de almacenamiento interno de plano igual es descartada por insuficiente. 

Quien suscribe no intenta decirles que demandar mayor almacenamiento es negativo, ¡para nada!. Este artículo no es más que una reflexión sobre necesidad real versus capricho.

Por ejemplo: actualmente mi gasto mensual en combustible es de algunos 15 galones al mes. Pero si la gasolina bajara de precio estoy segura que en lugar de usar el transporte público para algunas diligencias,  ir caminando cuando es posible o privarme de salir por no incurrir en gastos, mi consumo de gasolina por mes se duplicaría o triplicaría. Y lo mismo sucede con el almacenamiento o con cualquier otro recurso al que tengamos acceso de forma  barata y prácticamente "inagotable". Ese es el punto.