El deseo de poseer el mejor celular parece enloquecer a las personas

PUBLICADO POR:  Amandysha. Martes, 25 de Septiembre de 2012

Cuando aún la fiebre por los smartphones no invadía nuestro país, a mediados del año 2005,  Glenn Wilson, psicólogo de la Universidad de Londres, realizó un estudio patrocinado por la marca de computadoras HP y en él determinó que el uso obsesivo de celulares reducía el intelecto de las personas.

Si en aquella época dudé de la certeza de aquel estudio, en este momento he llegado prácticamente a confirmar que es cierto. Y la obsesión por los smartphones está convirtiendo a personas racionales en todo lo contrario.

El deseo de tener "el mejor smartphone" hace que muchos actúen como enloquecidos o poseídos, a tal punto que en este país existen estudiantes que retrasan el pago de la universidad solo para costearse "el mejor smartphone".

En la mayoría de los ambientes ya no se discute sobre cuál es la mejor universidad, la carrera donde más se gana dinero o el mejor lugar donde vivir sin que se vaya la luz. Las discusiones se reducen a si Samsung copia a Apple, si el iPhone 5 es mejor al Samsung S3 o si este último es mejor al Nokia Lumia 920, si Blackberry es mejor que iPhone, si Android es mejor que iOS, si Windows Phone es mejor que Android, entre otro tipo de discusiones que en el 90% no se aprende nada porque terminan en faltas de respeto y monstruosas peleas cargadas de insultos innecesarios. 

Actualmente, sobre "cuál es el mejor smartphone" se debate con mayor contundencia que sobre béisbol, política, ciencia o religión. 

Al ver a las personas tan interesadas y ofuscadas por tener "el mejor smartphone", con el mejor procesador y las más altas especificaciones técnicas, cualquiera asumiría que por simetría el uso que les darán igual será "el mejor". Pero no es así: chatear, chismosear y tratar temas pueriles y ociosos vía WhatsApp o BBM, subir fotos a Instagram, Facebook o Twitter  y obviamente usar redes sociales.

No importa qué tan productiva pueda ser la persona, sus usos en su mayoría se reducen a estos. Y fíjense si es tan así, que en busca de "el mejor smartphone" cambian a la velocidad de la luz de sistema operativo móvil sin pensarlo más de 30 minutos, algo que para quienes realmente usen su teléfono con algunas aplicaciones exclusivas de la empresa o para productividad y que hayan costado dinero, sería una taréa imposible de realizar sin previa y exhaustiva evaluación. 

Estas líneas no pretenden ser una crítica, ya que al final cada quien hará con su dinero lo que desee, y bienaventurados aquellos que cuenten con la austeridad económica suficiente como para costearse "el mejor smartphone" y usarlo como si de un pisapapeles se tratara. Mi intención es incitar a la meditación sobre cómo constantemente estamos siendo bombardeados por las marcas y la publicidad (aunque ciertas ideologías también tienen su cuota de culpa en esto), condicionándonos para convertirnos en entes consumistas que se limitan a comprar "lo mejor" para ser "más felices".

En este artículo solo plasmo mi experiencia (que tampoco es una verdad absoluta) para si de algo les sirve al momento de escoger "el mejor smartphone". Ya que en tecnología, como en la vida misma, no existen las verdades absolutas o solo blancos y negros, y lo mejor o peor sigue siendo subjetivo. Es decir que gira alrededor del usuario, de sus gustos, de su nivel de conocimiento y del uso que dará al smartphone. La experiencia del usuario juega un papel fundamental para que ese teléfono que compramos se convierta realmente en el mejor o peor de los smartphones, sin importar que para el mayor de los expertos en tecnología del mundo éste resulte ser el mejor. 

Como usuaria no sé o creo que exista un dispositivo que pueda absolutamente ser proclamado como "el mejor smartphone". Pero sí sé absolutamente cuales son los mejores usuarios de smartphones: y son aquellos que cuentan con el nivel de individualidad, la inteligencia y habilidades suficientes como para sacar provecho de un dispositivo sin importar lo anticuado, barato o caro que este sea, y convertirlo en "el mejor smartphone". 

Reitero que mi intención no es ser ofensiva, sino fomentar la capacidad de pensamiento crítico para que nuestras elecciones no se reduzcan a la coacción social.